Sobre la violencia y los caminos posibles

Extractos de un artículo del colectivo Troppo Vero, en el que se expone la idea de que el actual proceso de movilizaciones, ha quedado «atrapado» en una dicotomía, violencia / no violencia, para sugerir después, la construcción de alternativas autogestionadas, como posible salida de esta encrucijada.

¿Violencia / no violencia? ¿Y que tal el camino de en medio?

HOY DÍA, la indignación se mantiene pero va cediendo terreno ante la rabia, pues la indignación por si sola es a todas luces insuficiente.                                                               HOY DÍA, la organización de la rabia no termina de extenderse /consolidarse, pues la subjetividad de lxs de abajo, la nuestra, ha sido profundamente construida por el sistema.                                                                                                                                              HOY DÍA, en el bloque antagonista, algunos grupos se fragmentan y las suspicacias se ponen de manifiesto porque…                                                                                                            …HOY DÍA los movimientos sociales se encuentran ATRAPADOS y DESGARRADOS en la siguiente dicotomía: Violencia / No violencia.

Los unos dirán que la violencia no lleva a ningún lado; que es contraproducente; que el fin no justifica los medios; que supone reproducir las “maneras” del sistema y que por tanto sólo puede servir para repetir -de otra forma- la sociedad que pretendíamos abolir; que la rabia y el odio son de forma inherente contra-revolucionarios, pues actúan de tal manera que refuerzan el status-quo opresivo; que estratégicamente es un error pues la correlación en cuanto a la capacidad de fuerza nos es francamente desfavorable y, (…) en último extremo, que es una “mala publicidad”, que el grueso de la población no desea la violencia –la de los de abajo- (la del sistema, infinitamente más brutal, es permanente y se llama de otras maneras pues pretende y consigue así, en buena medida, pasar desapercibida, como si fuera parte consustancial del “ecosistema”).

Los otros dirán que, para solucionar algo, el miedo debe cambiar de bando; que cuando los poderes nos coaccionan, nos roban, nos oprimen, nos acosan, nos intimidan, la ética y la responsabilidad personal nos indican el camino de la Acción Directa frente al “dejar hacer” o los intentos –más bien fallidos- de concienciar a la gente para “ser más”; que una vez que se ha comprobado que las formas de respuesta pacífica son inútiles –o demasiado lentas- se impone la legítima defensa contra ese sistema enloquecido y sus beneficiarios, esos individuos, analfabetos emocionales, que a través de su voraz egoísmo, su estupidez, y su concepción erróneamente interesada de la vida y del ser humano, son capaces de desterrar a ambas de la faz del planeta.

En fin, aún desde el primer lado se contra-argumentará que si el miedo cambia de bando pero la correlación de fuerzas nos es desfavorable, entonces es cuando aparece el FASCISMO. Por su parte, desde el segundo lado se contra-argumentará que si el tiempo pasa y la actividad no se traduce en mejoras palpables, entonces es cuando aparece la DESMOVILIZACIÓN.

El anterior argumentario ha sido expresado con palabras muy sencillas y se podría complicar bastante más… Pero, en cualquier caso, a nadie se le escapa que por más que añadamos nuevos elementos, AMBAS POSTURAS TIENEN (TODA) LA RAZÓN.      ¿Cómo salimos de ahí?

Esto no es una crisis pero -aunque suene bien- tampoco es exactamente una estafa… Es una fase más de la lucha de clases –en terminología clásica- o de la guerra del Capital contra los seres humanos –en una terminología algo más mística-. En definitiva se trata de una nueva fase de “enriquecimiento por desposesión” en un momento histórico en que al Capital -al menos en Occidente- le cuesta cada vez más trabajo reproducirse. Resumiendo cosas bien sabidas:                                                                            1.- El Capital se mueve exclusivamente por la lógica del máximo beneficio.                          2.- El Capital necesita una victoria contundente, no le basta con una victoria pírrica.        3.- Por tanto, una buena manera de neutralizar la actual ofensiva del Capital –para posteriormente seguir construyendo alternativas que terminen de tumbarle- puede ser conseguir que NO LE SALGA RENTABLE. ¿De que manera?

Al Capital no le dan miedo las “performances”, las manifestaciones con batucada, las manos levantadas, las narices de payaso… Al Capital no le dan miedo los cóckteles Molotov, la rotura de escaparates, los contenedores volcados, las piedras contra la policía…

ASI PUES: Autogestión, generación de espacios de autonomía, okupación de inmuebles vacíos, okupación de tierras, okupación y autogestión de los centros productivos, implantación de economías alternativas, organización y empoderamiento colectivos, grupos de ayuda mutua, brigadas de autodefensa, expropiación de mercancías, descolonización de nuestra subjetividad productivista y consumista, boicot a la producción, boicot al consumo, boicot a la “información”, háztelo tu mismo, intercambia sin mediación de dinero, bancos de tiempo, monedas alternativas, grupos de consumo, huertos urbanos, poco a poco, poco a poco, poco a poco…

Esta entrada fue publicada en Autogestión. Guarda el enlace permanente.

2 respuestas a Sobre la violencia y los caminos posibles

  1. Chuk dijo:

    Creo que la violencia sólo favorece a los que están arriba, que eso es lo que pretenden, y que les hacemos el juego de consumir lo que sólo ellos producen, las armas.
    Por otro lado, creo que eso es lo fácil, sin embargo, lo difícil es luchar con el ingenio, dedicar energía a ponernos de acuerdo con el mensaje. Y el mensaje se puede ajustar para que sea más eficaz (y pienso que las movilizaciones son eficaces en cierta forma). El mensaje toma más fuerza, no dividiéndolo en los distintos servicios públicos. No intentando que el gobierno dedique más presupuesto a los servicios públicos, porque eso no lo van a hacer. Ya han tenido su oportunidad, y les hemos dicho que no estábamos de acuerdo. No han resuelto, pues fuera. Pero no solo fuera, sino persecución por responsabilidad moral (si todavía no es delito ciertas formas de corrupción). Toda la fuerza de nuestras palabras y movimientos pacíficos con el mensaje: RENOVACIÓN.
    Y además, otra receta: Intolerancia contra la corrupción, aislamiento al corrupto, y me refiero incluso dentro de nuestros propios círculos, empecemos desde abajo. Esta receta es más de largo plazo, pero hay que ir empezando.

    • sebi dijo:

      Yo no creo que la violencia solo favorezca a «los que están arriba», de hecho la Historia está llena de ejemplos de revoluciones violentas que han perjudicado a los que detentaban el poder en ese momento (en algunos casos haciéndoles perder la cabeza y todo). Y lo de hacerles «el juego» consumiendo armas… no creo que sea ese nuestro caso.
      Tampoco pienso yo que la revolución violenta sea una tarea precisamente fácil. Y sí estoy seguro de que toda movilización es útil (independientemente de su eficacia para conseguir el objetivo último que la provoca).
      Respecto a echar al Gobierno, me parece muy bien, pero evidentemente, ni es tan simple como solo decirlo, ni de hecho es condición automáticamente suficiente para resolver las cosas (véanse los casos de vacíos de poder, gabinetes tecnócratas, gobiernos de «salvación» nacional, etc.).

Los comentarios están cerrados.