Quién dirigirá la ciudad esta noche

En 1990, con la caída de la Unión Soviética y el comunismo, murió también el capitalismo porque ya no tenía nada que demostrar respecto al concepto de “libertad”, ni siquiera de la libertad de mercado, tomando todo el poder un capitalismo oligárquico que, como es evidente hoy día, corrompe y utiliza a los gobiernos de todos los países occidentales para consolidar sus prebendas contra las leyes del mercado libre y el resto de las libertades fundamentales: expresión, asociación y manifestación. Los neoliberales —que no saben nada sobre la banca y la creación del dinero— respaldan este festín de caníbales en el que sus propios pies forman parte del banquete porque ignoran que el capitalismo no existe ya, que lo que ven es un holograma del capitalismo de hace 50 años. Y es inútil explicarles la verdad, que es que están siendo estafados por sus banqueros, pues nunca pondrán en duda un sistema que les permite vivir mejor que las clases asalariadas, les cueste lo que les cueste.

La teoría de que una institución financiera puede resultar “demasiado grande para caer” es de concepción viciosa. Eso es anticapitalismo. Los bancos deben poder quebrar. Así que los media de la Sinarquia Financiera Internacional (que son casi todos: desde Reuters News o Associated Press hasta ABC,CBS, NBC, CNBC, etc.) vienen realizando la mayor operación mediática de la historia para ocultar la inundación —el tsunami— de dólares creados sin respaldo, falsos, que ha perpetrado la FED y sus bancos socios a las órdenes de la SFI.

La Sinarquía Financiera Internacional es una organización mafiosa de delincuentes que roba cuanto tiene a su alcance, incluso el dinero de sus propios clientes(*), utilizando para ello el soporte de sus propias agencias de calificación, sus medios de información y «sus» gobiernos. Cuando un banco de la SFI es cazado en una operación constitutiva de delito, la SFI obliga al Congreso de los EEUU a legalizar la operativa delictiva, que se convierte en una buena práctica de esos voraces y despiertos tiburones, como ha sucedido con JP Morgan Chase y sus casos de ventas en descubierto. Ese proceso, convertir delincuentes en héroes de las finanzas, le cuesta muy caro a la ciudadanía:

— La manipulación de los precios de mercado del papel de los metales preciosos, a través de las posiciones cortas en descubierto de JP Morgan Chase, es la punta del iceberg del acaparamiento todo el oro físico por parte de la SFI. La FED y el Banco de Inglaterra han cedido más de la mitad de su oro a los Rothschild.

— Europa está siendo atacada constantemente, tratando de arrastrar al Euro en la caída de la divisa norteamericana.

— Grecia fue una bomba de espoleta retardada organizada por Goldman Sachs, pero imposible de colocar sin la connivencia de los tecnócratas de la Unión Europea. Los Credit Default Swaps utilizados eran perfectamente auditables.

Sin ningún control sobre la fabricación del dinero, el gobierno de Obama es un títere descabezado en manos de la SFI y del sionismo. La estrategia de guerra con el muñeco de la OTAN en Oriente Medio y el tensado permanente de las relaciones con Rusia y China, y en menor grado con Pakistán y Egipto, es otro señuelo para ocultar el descalabro financiero de Occidente y para seguir fabricando más dólares a razón de 350 por cada dólar que necesite EEUU para hacer sus absurdas “guerras contra el terror” que acaban por consistir en masacrar campesinos inocentes.

Tras una meticulosa depredación del globo terráqueo, la SFI ha conseguido una recesión generalizada empezando por los propios EEUU, en quiebra práctica, con el sistema productivo deshecho y 70 millones de personas malviviendo gracias a los bonos de comida; continuando con todos los bancos en suspensión de pagos y todos los activos financieros contaminados por el papel tóxico generado por los banksters como Goldman Sachs o JPMorgan Chase — y antes, por Lehman Brothers—; con un comercio internacional en caída libre y unas tensiones geopolíticas que parecen ya a punto de desencadenar una guerra mundial. Los bancos centrales, no sólo la FED, han mostrado estar al servicio de los banksters, de atender sólo sus intereses despreocupándose de la ciudadanía que los mantiene. Contra una crisis así, que está produciendo el mayor número de desempleados de la historia de occidente, cualquier política keynesiana se muestra impotente y los diversos ejes permanecen sólo atentos a devaluar más deprisa que el contrincante.

A algunos países, que intentaron poner en circulación monedas paralelas de metales preciosos, les costó una guerra abierta contra la SFI, que no quiere ni que la gente imagine algo como eso. Pero es inevitable, así que la OTAN hizo su trabajo y arrasó a sus poblaciones. A cambio, los bancos centrales van a producir tal cantidad de dinero, que la evidencia de su falta de valor empujará a los ahorradores a comprar valores ciertos: oro, plata, tierras de labor, edificios singulares y, quizás, acciones de las pocas compañías sólidas que queden en el mundo, lejos de las basuras especulativas como Facebook —la Bankia de los media — que ha caído en picado desde su salida a bolsa.

Con tanto fraude y tanta especulación en detrimento de la producción de cosas reales, el poder de los EEUU se ha periclitado. Y todo lo que observamos no es más que la resistencia al cambio: los imperios no desaparecen sin patalear. Sobre todo si poseen una potencia nuclear «capaz de destruir el planeta cien veces», según la cultura popular. Pero esa amenaza es más aparente que real, porque nadie se suicida para mostrar unos grandes cojones en su bello cadáver. Mejor hacer mutis por el foro y seguir viviendo.

A lo que estamos asistiendo en Irak, Libia o Siria es a la agonía de un moribundo, que se acerca a sus enemigos como si pudiera amedrentarlos. Y no. Rusia despertó de su letargo. Putin, ex-director de la KGB, se hizo cargo de la nueva Rusia, y reclamó su parte del pastel. China, utilizando procedimientos orientales, envenenó la economía productiva norteamericana, engordando a los especuladores. Y EEUU picó el anzuelo porque fue mayor su ambición que su interés estratégico. Es lo que le sucede a todos los imperios habidos en el mundo: se apoltronan, organizan una “grand bouffe” y se mueren de una indigestión.

De manera que el modelo de Nuevo Orden Mundial se ha trastocado, ha cambiado de diseño. La SFI sigue jugando su propia partida de ajedrez: no le importa quién haga las leyes con tal de controlar la moneda. Es decir, con tal de dominar la corrupción politica. Pero es inevitable: el Imperio Americano está ya siendo sustituido por un régimen multipolar: China, Rusia y la ONU-OTAN, que representa a Occidente, con la oportunista Francia y la pérfida Albión dentro.

Oriente Medio está perdido para EEUU. Ha intentado evitarlo con ahínco la servil Clinton, se lo han jugado todo en una apuesta de farol, pero lo han perdido: no pueden seguir guerreando a crédito, por más que la SFI les fabrique dólares. Así que la parasitaria SFI ha cambiado de perro de presa, tomando uno más tiñoso. Ya no es EEUU, sino la OTAN, necesitada de dinero, cuajada de políticos advenedizos y generales corruptos dispuestos a todo con tal de seguir pudriéndose en sus propios jugos. En ese contexto hay que interpretar las provocaciones terroristas en Libia y Siria e incluso el reciente derribo de dos cazas turcos en territorio sirio.

Pero la asociación Rusia China, histórica ya, funciona perfectamente. Y EEUU no puede oponerse a ella, tiene demasiados problemas internos provocados por la banca de la SFI. Por otra parte, la amenaza nuclear es una filfa. No funciona más que para amedrentar a la población que está siendo explotada. Una guerra nuclear sólo tendría consecuencias para los contendientes. El resto del planeta asistiría regocijado a la hecatombe que no le afectaría seriamente. Una guerra nuclear no produciría chernobils ni thee-mile-islands, sino el arrasamiento de Nueva York, Londres, Beijing y Moscú. Madrid no recibiría probablemente ni un impacto. Los bereberes del desierto africano, en cambio, mostrarían sus culos hacia los hongos nucleares partiéndose de risa. En definitiva: la guerra nuclear produce más efecto sin suceder que sucediendo. Lo que habrá será decenas de horrendas guerras locales (algunas tan importantes, a lo peor, como la de Irán), signo del pataleo de quien se niega a ceder el poder que tan bien le ha venido para vivir especulando sobre la ruina de otros países y sentirse el centro del mundo, la Big Apple, la polla con cebolla.

ÁCRATAS

(*) De la misma manera que en España los bancos han engañado a decenas de miles de ahorradores, la mayor parte de ellos ancianos que nada saben de finanzas, pero que confiaban en su banco de toda la vida, haciéndoles suscribir acciones preferentes, cuotas participativas o deuda subordinada que a los pocos meses valían cero. Si eso no es robar… pues vamos a cosas peores: la maquinación de los 18 bancos que estipulan el LIBOR para alterarlo y ganar mas dinero. Sale en todas las noticias tomando como chivos expiatorios a los ejecutivos de Barclays. Pero el resto, todos al mando del tío de la foto, están también en el ajo, junto con los gobiernos de Brown y Cameron.

 

(via) Ácratas, donde también podéis encontrar «La selección de Polonia gana la Eurocopa», o «Qué ha pasado con el capitalismo».

Vídeo (vía) Submedia.tv

Esta entrada ha sido publicada en Acratas, Cine de Asamblea de Barrio y etiquetada como , , , , . Guarda el enlace permanente.